viernes, 4 de julio de 2014

Venezuela es el país latinoamericano con menor porcentaje de trabajo infantil


Nuestro país según cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) es quien tiene la menor tasa de niños trabajadores de toda américa latina,  detentando una cifra de 2,2 por ciento, la cual ha sido producto de una disminución progresiva durante los últimos diez años, aunque con un creciente número de adolescentes, entre 10 y 15 años, que ni estudia ni trabaja.
Uno de los convenios suscritos por Venezuela ante La Oficina Internacional del Trabajo establece que la edad mínima para trabajar no debe ser inferior a 15 años (14 para los países en vías de desarrollo). Por su parte, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, establece como consideración fundamental la atención al principio del interés superior del niño, ratificado de igual manera en la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (LOPNNA) donde también se expresa en su Artículo 96 que la edad para que un joven trabaje es de 14 años.
Cabe acotar, que en realidad no se trata de trabajo infantil, sino para adolescentes. La ley venezolana sólo permite el trabajo infantil (entendiéndose por niños y niñas, a aquéllos menores a doce años) relativo a actividades artísticas, y siempre con las prescripciones del caso.
Mientras que en países como Bolivia el Código del Menor  fija en 10 años la edad mínima para el trabajo infantil, en casos excepcionales y cumpliendo requisitos legales.
Es importante resaltar que el trabajo infantil implica en la mayoría de los casos riesgos físicos, debido a la manipulación de sustancias, al uso de maquinarias, condiciones climáticas desfavorables y muchas veces por largas jornadas laborales. De igual manera, los niños y niñas se exponen también a la violencia por parte de los adultos en los lugares de trabajo, con graves implicaciones psicológicas, tales como, el abuso y el estrés ocasionado por la presión de cumplir con determinadas metas de producción.
Estas situaciones generan que la gran mayoría de los niños y niñas abandonen la escuela, o deban combinar el estudio con largas jornadas de trabajo lo que afecta seriamente su rendimiento educativo y por tanto su desarrollo integral. Por estos motivos, es necesario evitar cualquier condición de explotación laboral en niños y niñas, entre otras cosas porque el trabajo no les permite contar con espacios de recreación y esparcimiento acordes a su desarrollo, además atenta contra sus derechos fundamentales, y finalmente por los riesgos a su integridad personal.




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